Colegio Guadalupe Cusco

PALABRAS DE LA DIRECTORA DE LA IEP GUADALUPE DEL CUSCO

¡Gran familia guadalupana! reciban una afectuoso abrazo y un agradecimiento por confiarnos la educación de vuestros hijos,  educar para mí es lo mejor que me ha pasado en la vida y no es una tarea, lo hago con tanta pasión, que puedo asegurarles que con todo el equipo que me acompaña tenemos  el objetivo de mejorar el servicio educativo cada instante que transcurre para brindarles en la medida de nuestras posibilidades;   acceso a la  tecnología digital, a la Ciencia y la cultura, al deporte, al arte y sobre todo al desarrollo de nuestra vida dentro del marco de los valores y el cuidado del medio ambiente.

Quiero desearles  tranquilidad, esperanza y mucha fuerza  en estos momentos difíciles que nos ha tocado vivir, estamos siendo testigos de un cambio de era,  el cual nos sorprendió y de la misma manera que causó el colapso de la economía y de todas las actividades que como humanidad solíamos tener, también revolucionó  nuestra mente, nuestras costumbres y nos ha obligando a aflorar lo mejor de nosotros que nunca jamás pensábamos que éramos capaces de ser y hacer.  Momento de demostrar que los más competentes, los más fuertes , los más inteligentes emocionalmente; sobrevivirán y se adaptarán a los cambios y adversidades del ambiente tal como lo planteó el padre de la evolución; Charles Darwin;  o como cuando Stephen Hawking nos adelantaba que teníamos que buscar otro planeta porque el nuestro ya no se retroalimentaba, ¡ese momento está por llegar!  o cuando el ser humano más humilde refería que de la “Pacha Mama”  brotaba la vida, que se desgastaba  y que  teníamos que hacerle “el pago”.

Sin que lo programemos ese día ha llegado, es hora de demostrar, de poner en práctica, de solucionar los problemas no sólo nuestros, sino los del entorno, los del compañero de lado, porque nuestros problemas son sus problemas, porque nuestra salud depende de su salud,    usando para ello todas las destrezas, todas las habilidades, todas las áreas,  toda la energía que aún no brote de nuestros mitocondrias: tendrá que brotar, toda la capacidad de nuestras neuronas, que aún no la usemos; tendremos que usarla y reestructurarla para ponerla al servicio de la humanidad y reprogramaremos por la fuerza o por la razón nuestro código genético para volvernos resistentes no solo ante las guerras microbiológicas,  ionizantes, sino también para reconstruir el mundo y hacerlo un mejor lugar para los hijos de nuestros hijos.

Necesitamos ciudadanos  capaces de evitar el colapso de la capa de ozono y de restablecerla, tenemos que formar personas que usen sosteniblemente el agua, el aire y el suelo, queremos profesionales que solucionen  la escasez de alimentos,  que prevengan enfermedades y fabriquen vacunas a corto tiempo y se adelanten a solucionar otros sucesos que ni siquiera  nos imaginamos que ocurrirán, para que no nos  abrumemos como lo hicimos con la llegada de COVID 19.

En síntesis, nosotros como educadores debemos formar  hombres y mujeres capases de solucionar los problemas del entorno de manare eficaz, ahorrando tiempo y material, empleando todas  las destrezas y habilidades aprendidas, cuidando sosteniblemente el medio ambiente, dando valor agregado a los recursos naturales, trabajando para  cuidar primero los intereses de la tierra que nos vio nacer,  honrando a la Patria, cumpliendo nuestras obligaciones, respetando los derechos de los demás, conmoviéndonos ante la desgracia ajena, respetando a los amigos, con inteligencia emocional, viviendo y trabajando bajo presión y encontrando paz y estabilidad  dentro de la incertidumbre. ¡Así tendrá que ser un guadalupano!.